miércoles, 20 de noviembre de 2013

5 errores comunes sobre aislamiento acústico

A la hora de plantear soluciones para problemas de aislamiento acústico en recintos es bastante común ver planteamientos erróneos debido a la confusión en conceptos básicos de la acústica arquitectónica.

En este post trataremos trataremos los errores  más comunes tratando de explicar de forma sencilla los conceptos básicos de acústica que los fundamentan:

1. Confundir absorción acústica con aislamiento acústico.

Este error es, probablemente, el más común de todos y proviene de una mala interpretación de la información aportada por los fabricantes de materiales absorbentes acústicos.

La absorción acústica es la propiedad que tienen algunos materiales de convertir la energía mecánica de las ondas sonoras que inciden sobre ellos en energía calorífica (calor).

La eficacia de un material absorbente acústico se mide mediante el coeficiente de absorción,  que se define como la relación entre la energía sonora absorbida por el material y la energía sonora incidente. La capacidad de absorción depende de la frecuencia del sonido, siendo mayor cuando mayor es ésta.

En los siguiente gráficos podemos observar dos curvas típicas de absorción acústica:



Como se puede observar para frecuencias a partir de 1000 Hz presentan coeficientes de absorción de 0.80. Esto quiere decir que el 80% de la energía incidente es convertida en calor. A simple vista podría parecer que una reducción del 80% es más que suficiente para conseguir un buen aislamiento acústico, pero no es así como demostraremos a continuación.

Cuando queremos comparar distintas situaciones de ruido utilizamos como unidad de medida el nivel de presión sonora cuya unidad es el decibelio (dB) y que viene dada por la expresión:


Donde P1 es la media cuadrática de la presión sonora en un determinado periodo y P0 es un nivel de referencia (20 μPa) 

Supongamos un sonido con un nivel de 60 dB, esto supondría que la presión cuadrática media medida de 0.02 Pa.

Imaginemos ahora que interponemos un material absorbente con coeficiente de absorción de 0.8, la presión cuadrática media medida tras atravesar la onda sonora el material sería de 0.004 Pa, con lo que el nivel de presión sonora Lp sería igual a 46 dB. Es decir reduciendo el 80% la energía sonora sólo hemos conseguido atenuar 14 dB el sonido, y esto para el rango de frecuencias en las que el material absorbente tiene un mejor comportamiento. 

¿Quiero esto decir que los materiales absorbentes no sirven para nada? NO. Los materiales absorbentes tienen utilidades concretas dentro del campo del aislamiento y del acondicionamiento acústico de recintos.

Como regla general se puede afirmar que son adecuados para situaciones en las que las ondas sonoras deban atravesarlos en varias ocasiones.

Así, por ejemplo, se utilizan en el interior de cámaras de aire de tabiques para disipar las ondas estacionarias que se forman en ellas y también se emplean para cubrir las superficies de los recintos consiguiendo mejorar así la acústica de los mismos (acondicionamiento acústico).

Algunos usos inadecuados de los materiales absorbentes son:

- Cubrir todas las superficies de un recinto con materiales absorbentes acústicos con el objetivo de mejorar   significativamente el aislamiento acústico de sus cerramientos. La mejora del aislamiento es prácticamente inapreciable.

- Rellenar la cavidad de un techo suspendido con materiales absorbentes para mejorar significativamente su aislamiento. Esto es una parte del tratamiento acústico del mismo pero en ningún caso una solución milagrosa  para mejorar significativamente el aislamiento acústico del mismo.

2. Insonorizar un recinto tratando únicamente parte de sus cerramientos.

Por desgracia las ondas sonoras no se transmiten únicamente por los cerramientos comunes con los recintos colindantes a aquel en el que se encuentra el foco de ruido. El sonido se propaga indirectamente por todos los cerremientos adyacentes pudiendo encontrar múltiples vías de transmisión, es los que se conoce como transmisiones indirectas.


La figura anterior ilustra las posibles vías de transmisión del sonido entre dos recintos colindantes lateralmente. Como se puede ver además de las transmisiones directas por la pared de separación se puede producir transmisiones indirectas por flancos como las transmisiones techo-pared, techo-techo, suelo-pared y suelo-suelo.

Debido a esta casuística resulta necesario tratar todos los cerramientos del recinto ya que, aún consiguiendo un buen aislamiento en el cerramiento compartido, las transmisiones indirectas pueden provocar niveles de aislamiento global muy inferiores a los teóricos.

3. Malinterpretar los índices de aislamiento acústico aportados por los fabricantes.

Es habitual ver como algunos proyectistas confunden los índices de aislamiento acústico medidos en laboratorio (por ejemplo RA, RA,tr o Ln) con los valores de aislamiento acústico entre recintos (DnT,A, D2m,nT,Atr, L'nT,w).

Como norma general se debe tener en cuenta que el nivel de aislamiento medido in situ es siempre inferior al teórico o de laboratorio.

Esta diferencia suele ser de entre 3 y 5 dBA y es debida a las transmisiones indirectas descritas en el punto 2.

En España la confusión de índices llega hasta algunas ordenanzas municipales que establecían como requisito a verificar "in situ" valores de aislamiento teóricos indicados en la normativa estatal vigente desde el año 1988 hasta hace apenas 6 años. Esto ha ayudado a la confusión de muchos proyectistas y ha sido fuente de múltiples conflictos.

4. Considerar el aislamiento acústico de un cerramiento multicapa como la suma algebraica de los aislamiento de cada una de ellas.

El aislamiento global en cerramientos de múltiples capas nunca se puede considerar como la suma algebraica de los aislamientos individuales de cada capa.

Esta afirmación sólo es cierta en algunos rangos de frecuencia delimitados, pero nunca para el aislamiento global del cerramiento.

5. Contratar personal no cualificado para la ejecución de las obras de tratamiento acústico.

Es fácil dejarse llevar por la opinión de profesionales inexpertos en el campo de la acústica arquitectónica cuando se va a acometer una obra de tratamiento o acondicionamiento acústico. 

Este tipo de trabajos requieren conocimientos específicos y un análisis detallado del problema a resolver, las recomendaciones a la hora de contratar a una empresa para ejecutar un proyecto de este tipo son:

- Pedir al menos de tres presupuestos a empresas que se identifiquen como especialistas en el tratamiento acústico, pero cuidado porque muchos se ponen la etiqueta de especialista sin serlo.

- Descartar directamente a aquellas empresas que no hagan una visita previa para ver "in situ" el local o recinto a tratar antes de elaborar el presupuesto.

-  Descartar los presupuestos excesivamente bajos o aquellos que no describan exhaustivamente los materiales y soluciones a emplear.

- Valorar positivamente las empresas que tengan técnicos especialistas en su plantilla y a las que dispongan de equipos para la medición del aislamiento acústico de los cerramientos. Resulta de gran utilidad realizar mediciones previas para valorar los niveles de aislamiento previos y posteriores a la ejecución de la obra.